25/4/08

A propósito de Firmin

¿Aún no sabes quién es Firmin?
Con esta pregunta anunciaba Seix Barral a décima edición desta novela, a pasada fin de semana, nun coñecido suplemento literario. Un escritor con gran sentido do humor, como Eduardo Mendoza, afirma nesta mesma mensaxe publicitaria: "No es un ratoncito humano, sino un ser humano en un cuerpo de rata... auténticamente poético".

Pois ben... ¿e ti xa sabes quen é Firmin? ¿Decidícheste pola lectura deste libro?¿Xa che gañou a súa sutil ironía?¿Ou.... non é ironía?
Ábrese o club de lectura sobre Firmin... Agárdanse comentarios...
Entre tanto, unha pílula para comezar:
"En este sentido, comprar en Pembroke era como leer: nunca sabe uno con qué va a encontrarse en la página siguiente -la estantería, el montón, la caja siguientes-, y eso constituía una parte importante del placer. Y eso constituía una parte importante del placer de los túneles, también: nunca sabía uno qué aguardaba a la vuelta de la esquina, al final del conducto siguiente".

15 comentarios:

Anónimo dijo...

En mi opinión, y sin ánimo -o con él- de polemizar, Firmin es un libro fallido. En primer lugar, porque cuando se rompe la verosimilitud debe llegar hasta las últimas consecuencias. Si consideramos que una alimaña -¿simbólica? ¿entonces las cagaditas que deja sobre la almohada del escritor pseudobeat se deben entender también como simbólicas?-, si consideramos que puede leer y tener sentimientos humanos...¿por qué no se puede comunicar con las personas?
En segundo lugar... (pero espero)..

Anónimo dijo...

De libro fallido, nada. Firmin es una rata única. Ojalá hubiese muchos seres humanos que se le parecieran.

Anónimo dijo...

Pois, vaia, algo de polémica si suscita entre nós. De entrada confesarei unha cuestión privada: ao principio lía Firmin trala cea, e non ceo moi tarde -excepto se hai curso en Pontevedra, claro-, pero indefectiblemente me vencía o sono e tiña que volver atrás na lectura ou cambiar de actividade. Logo, pasei a facer os deberes a horas máis cedas e mesmo de mañá e foi así como verifiquei que o libro de Savage éme aburrido. Ao longo dos primeiros capítulos barallei a posibilidade de ter ante min unha novela de autoformación dun personaxe antiheroe que ao xeito do esquema canónico da picaresca ía ir cambiando de sombra humana /compañero de piso sucesivamente. E non era que esa idea me seducira moito para unha novela norteamericana en pleno s. XXI, pero alomenos así habería cabida entre os GRANDES da Savage’s literatura universal para a literatura concebida na lingua de Cervantes máis alá dunha minúscula e obrigada referencia. No tocante á construcción do protagonista fastidioume, ¡ai a miña vea feminista!, que o autor lle deseñara unhas ratas en fiminino tan Flo e tan Luweena (da Ginger de noite /funcionaria pouco fiminina de día ¡que vou decir!, e co Firmin tampouco fun quen de me identificar. Por non estenderme en demasía, engadirei que a NOTA DEL AUTOR deixoume cos ollos abertos como pratos ¿Era necesaria esa nota para explicar un texto de ficción literaria?
En conclusión, non me gustou o libro nin como consumidora de libros nin como profesora de literatura, pero tampouco me convence a obra para estimular o amor pola lectura, nin o mero interese entre que non comparte esta querencia.
O que sí me resulta conmovedor é o éxito serodio que se lle veu aparecer a Sam Savage a tal hora da súa vida.
Probarei máis sorte con Fernández Paz.
Manuela.

Anónimo dijo...

Efectivamente, anónimo, hay muchos seres humanos que se le parecen, y actúan como Firmin... en lo tocante a:
Violencia sexista: véase lo que haría la ratita si fuese humano (cito de memoria): "saldría a la calle y a la primera muchacha que encontrase la tumbaría en la acera y la violaría"
Discriminación social: "Nunca tuve en la menor consideración a las ratas de ínfima categoría que en él moraban" (esta cita es literal)
En fin, que es una rata muy "humana".
Estoy de acuerdo contigo, Manuela, si en lugar de ser de ese Sam Savage con pinta de beat venido a menos, si en lugar de venir patrocinado por la empresa editorial yanqui (supongo que para ellos todo lo que huela a underground se eleva a categoría de genio), si fuese un Pedro Pérez que presentase a un concurso literario el original (con el que se pitorrearía el jurado), no estaríamos ahora comentando las andanzas de esta rata onanista. ¡Lo mejor del cuento! Véase la pretenciosidad estilística para describir el acto: "Abría los ojos en la oscuridad y pensaba en las Beldades. Frotaba mis pensamientos contra el terciopelo de su piel, echaba raíces en la oscura calidez de sus hendiduras", y después sigue hablando de algo lechoso. En fin.
Otra cuestión es la manía frenóloga de la alimañita. ¿Tantos libros leídos no le enseñaron que se empieza por medir y tocar cráneos y se acaba por separar a los arios de los judíos? En fin.

Pacodíaz dijo...

Podemos tirar do fío dalgunhas cuestións que aparecen por aquí, poño por caso:
¿tantos libros lidos non lle ensinaron que...?
Esta historia de Firmin é - máis aló do seu valor literario, canónico ou da súa corrección política - bastante provocador. E podería provocar diversas consideracións. Unha delas pode ser esta que apunta Seoane:
¿É que o feito de ler, de ler moito, fainos mellores?
¿Tedes iso por certo?

A Biblioteca do Colmeiro dijo...

Leer nos ayuda a comprender el mundo, a ampliar nuestros horizontes, a ser más críticos, a vivir otras vidas...lo cual no quiere decir que nos haga necesariamente mejores. Nos enriquece, desde luego, pero tan erróneo puede resultar vivir rodeados de libros sin tener contacto con la realidad como no leer nunca y perder la oportunidad de experimentar ese placer único e indescriptible que supone la experiencia lectora. Todo depende de como interioricemos la lectura y de la forma en la que después la apliquemos a nuestra propia experiencia vital.

fátima dijo...

Para nada el hecho de leer nos hace mejores, depende de qué lecturas, sobre qué o con qué fin. Antes de la aparición de la lengua escrita los humanos no eran peores ni mejores que ahora. Ejemplo: la Inquisición y Guantánamo en pleno siglo XXI (y hay muchos más ejemplos)

Anónimo dijo...

Leer amplia la perspectiva moral (ética), otra cosa es la elección del camino. ¿Quién es más culpable, el que obra mal sin conocer más que la moral natural o el que lo hace con el conocimiento adquirido por la lectura? ¿Se adquiere empatía mediante la lectura?

Teresa dijo...

Aún no acabé de leerlo, pero me parece un homenaje al libro en un momento en el que se plantea la incógnita sobre su futuro frente al soporte digital.

Anónimo dijo...

Non é nada fácil atopar a alguén con tantas ansias de ler e menos a unha rata...dá moito que pensar.

Anónimo dijo...

Firmin se comporta como una rata mientras vive en la librería, pero después pierde su identidad.En la última parte el libro deja de tener sentido.

Pacodíaz dijo...

Algo que me resultou moi suxestivo ao comezo da novela foi a reflexión que fai Firmin sobre as primeiras palabras do seu relato vital. Deu un repaso a comezos de historias que me fixo pensar un bo anaco.
Comezos especiais, suxestivos, atraíntes, orixinais, para un relato...
Pensei en Kafka... naquela mañá na que Gregorio Samsa espertou e se decatou de que, durante a noite, se convertera nun insecto!
Suskind (El perfume) "En la época que nos ocupa reinaba en las ciudades un hedor apenas concebible para el hombre moderno. Las calles apestaban a estiércol, los patios interiores apestaban a orina, los huecos de las escaleras apestaban a madera podrida y excrementos de rata, las cocinas, a col podrida y grasa de carnero; los aposentos sin ventilación apestaban a polvo enmohecido; los dormitorios, a sábanas grasientas, a edredones húmedos y al penetrante olor dulzón de los orinales. Las chimeneas apestaban a azufre; las curtidurías, a lejías cáusticas; los mataderos, a sangre coagulada. Hombres y mujeres apestaban a sudor y a ropa sucia; en sus bocas apestaban los dientes infectados, los alientos olían a cebolla y los cuerpos, cuando ya no eran jóvenes, a queso rancio, a leche agria y a tumores malignos. Apestaban los ríos, apestaban las plazas, apestaban las iglesias y el hedor se respiraba por igual bajo los puentes y en los palacios. El campesino apestaba como el clérigo; el oficial de artesano, como la esposa del maestro; apestaba la nobleza y, sí, incluso el rey apestaba como un animal carnicero y la reina como una cabra vieja (...)"

Cristina Novoa dijo...

Unha das cuestións que me chamou a atención desta historia, é o parangón que se establece entre o declive das librerías e a especulación inmobiliaria brutal que vai mudando a fisonomía das cidades...esta demanda presente na novela de Savage coincide, curiosamente, coa que fai nunha entrevista, Manuel Rivas: "La librería se está convirtiendo en un sitio absolutamente exótico, raro. Para empezar porque hay una presión especulativa. Igual que se destruyen playas con dunas o se corroen espacios naturales, en el espacio urbano ocurre un proceso similar: las viejas cafeterías, las tiendas pequeñas. Lo que pasa con el libro de ciudad, el libro urbano, tiene que ver con lo que está pasando en la naturaleza". (UNElibros, nº16, 2008).

Anónimo dijo...

Confeso que comecei a ler esta novela con moita ilusión, pero perdín progresivamente o interese tanto polo personaxe como polos acontecementos.
Pode que Firmín sexa un exemplo de lector humanizado, pero con tanta cultura literaria non deixa de ser unha rata.
O libriño non me disgustou, pero creo que naceu cun éxito esaxerado; non pasa de ser interesante e de fácil lectura.

Anónimo dijo...

Teño toda unha serie de sentimentos contraditorios con este libro e supoño que de iso se trataba.Está cheo de tópicos e de metáforas e, recoñezo que cara á metade, aburreume bastante.Por outra banda, creo que é unha crítica demoledora do ser humano e está claro que non volverei mirar unha rata da mesma maneira ou... un ser humano?